Tu silencio, no me incomoda lo escribo, y
en cada letra late un nuevo sentimiento.
Tampoco le temo a tu andar, ahí
encuentro la paz de saber que siempre te
voy a encontrar.
Pero sueño tu sonrisa y tus besos me
despiertan, al abrir mis ojos por la
mañana te pienso, te agradezco y te
deseo felicidad.
Una tranquilidad casi divina, casi por
que aún así añoro cuando nos escribimos.
Saber de ti, calma las ansias físicas que
traigo por ti.