Analogía de una amistad concluida
Hay ausencias que representan un verdadero triunfo
Julio Cortázar
Las ocasiones que llegan a poblarse de soledad, en donde me encuentro con el vacío cara a cara. Solía pensar que existía en el mundo una compañía única e infinita, palpable y de alguna forma sincera.
La realidad es la siguiente, tal cosa, por lo menos en la práctica, no existe.
Este pensamiento, me había poblado por años, en los que creía contar con una fuerza que me impulsaba hacía adelante. Quizá mi ser fue poco a poco entrelazandose, enrolandose, a mencionada fuerza.
Para los últimos tiempos, toda fuerza me hubo abandonado, pese a que seguía pensando que la unión sería eterna, un buen día la orden se vio concluida de manera definitiva. Aunque tuve que entregar gran parte de mi ser fusionado, cortandolo como si de moho se tratase, no sentí nada, un dolor leve en la cavidad y la realización de un hecho que daba por imposible: abandono y olvido. Reconozco que la parte recortada iba matandome lentamente, y también reconozco que no había nada más reconfortante. Hoy esa parte de mi no es más que lo desconocido, situaciones y vivencias que ya no conozco. Le tengo miedo sin embargo, al dolor, pronto, cuando vaya desapareciendo la anestesia en las tardes solitarias de los años venideros.
