Es tan linda la manera en que el sol y la luna se encuentran en cada oportunidad,
como un roce de labios de dos segundos, como el roce de las manos cuando nos coqueteamos.
Sin importar el tiempo transcurrido siempre se vuelven a ver, pudieron alejarlos, más no separarlos.

Eres mi sol porque me enseñaste el camino y espero ser la luna que te cobije en tus noches de amargura, siempre buscándonos.

A veces duele el corazón, como el cuento del ruiseñor, aplastándose contra una espina para pintar una flor con su sangre misma, perdiendo la noción, manteniendo una esperanza y cantando hasta apagarnos.

Me parece maravillosa la manera en que podemos amar.