En medio de la cúspide de la roca más alta, pude mirar que el abismo era inmenso, no me convenía saltar o si lo hacia era segura mi muerte,  el miedo se había apoderado de mi de tal manera que no sabia, que existía otra cosa aparte del miedo dentro mio, las cosas eran difíciles, y el tiempo se estaba poniendo peor conforme pasaba el tiempo, me costumbre a eso, a la soledad, a la mortandad de todo sentimiento de esperanza dentro mio, la filosofía de mi vida, era el dolor, y no es cuestión de hacerme la victima, solo es cuestión de reacciones ante este dolor.
¿Es este abismo tan profundo como esta tormenta?  debería optar por ella ante otra cosa, si la lluvia cae en demasía seré capaz de poder con ella o rendirme, si bien he estado aquí por mucho tiempo, uno nunca se acostumbra a ella, un paraguas no es suficiente, un techo es llevado por los furiosos vientos, si empieza a llover  con más intensidad, lo que es más factible es que esta tierra se desplome, mi alma herida, mis manos llenas de sangre, y mi corazón desplomado en el suelo, las probabilidades de sobrevivir son menos, escasas, nulas, la tormenta me acerca al abismo, a la solución que evitara mi dolor, que evitara que sangre, que las cosas empeoren y que al final dará descanso a mi alma
¿Debería saltar?....débil, débil, débil, eso se repite continuamente en mi cabeza una y otra, siendo un incentivo para lanzarme, si luchas demasiado te cansas, te hartas, te da igual si hace frío o si faltan días para la primavera, es tentador tener una solución final para la tormenta, es posible que me quede, es posible que me vaya.