La heterodoxia me sorprendió. En el jardín de Salomón. Me dijo tres palabras. Y dormí por algún tiempo. Me mordió el dedo gordo.

Corriente sureña. ¿Qué anega risueña tan hondo la ma… ¡Viento solano, junto a la peña! ¡El fiel verano sin despertar! Dejó aquél barco.

¡Mirad la polilla! Porque las polillas separan de lo… Y las polillas no tocaran mi amor… Besad mis cabritas. Porque sus ojos son tiernos.

Aguas de Babilonia, ¿acaso reflej… Traed la brisa de sus risas. A ve… Y las risas son el gozo de sus don… Humectad mi alma con sus suaves ar… Y sus aromas son de hierbas vivas.

Al intentar sublevar mi desvarío. Navegué en un mar apócrifo. A la mezcla suntuosa. De turbios y elevados ríos. Así la rima murió de risa.