por: Christian Alexander Arreola Jacinto
Entre los restos de piel esta la ausencia, recuerdos encarnados de la tibia n… sobre zarpazos en la espalda. Largo es el tedio,
Entre el cielo y el mar la confusión desborda los horizont… la duda abraza el cuello asfixia el aire y se vuelve hacia dentro mismo,
y ella estaba mirándome, y vi su corazón frágil y alma bella, al mirarme reflejado en sus ojos
nunca me han gustado los consejos, soy un ser deshabitado un ser que se arrastra por baldosa… nunca me han gustado las buenas co… soy simple
“La luz atraviesa el humo. palabras como gotas afiladas atraviesan los dedos que escriben todo cuyo único sentido es el de ser la manecilla descompu…
Debajo del manto de los ojos esta la desnudez más pura, aquella donde las obsidianas se despojan de sus trajes de esmer… la luna que brillaba
En ti el engranaje lento de las es… desdibuja hacia adentro tu sonrisa que nace y muere al mismo tiempo, bella como mariposa en llamas y a pleno…
No soy perfecto, como tu o como nadie, perfecta es la nada, el silencio,… ni buen amante, ni buen ojo,
De mi angustia y de mi sueño, pido la vigilia en la ausencia pido la sombra que oscila sobre mi… No puedo correr el tiempo está en todos lados,
En el lumbral de la silueta como encontrar el beso prófugo? Aquel que mira el tiempo perdido el corazón obscuro, el veneno
¿Porque no hay guerras que sean, piel con piel, sangre con sangre, ojos con ojos, carne con carne? Si… Carne con carne,
Giró la tenue escama que descubre… bebo y escucho poco a poco el soni… el lejano berrido de seres vencido… que se arrastran en el asfalto cal… un deja vu arremolinado en mis pu…
me muerde las ansias, el suplicio de la realidad que cae sobre las yemas de mis ded… como miles de temblorosas agujas, mi cuerpo tendido en potro
Somos seres tan débiles y las estrellas nos lo restriegan… recordar lo que dijimos y lo que prometimos es solo fulgor.
no te entiendo, no me entiendes, corrientes contrarias buscando un… lengua bifurcada de la serpiente.. quieres, quiero. siluetas trémulas de las rosas