Melancolía, poema para el recuerdo
No quise beber de esa copa,
porque me pareció que llevaba
algo de tristeza pasada...
Yo
Melancolía, mis recuerdos sangran
y mi alma se encierra en un castillo.
Un tobogán que sube y baja,
bajo la mirada, pienso, añoro...
en un torrente de ideas pasadas
Por mis venas corren emociones jamás terminadas
y el dolor regresa,
impasible,
fugaz recuerdo...
Melancolía, mis dedos se pierden en tu melodía
horadando mi espíritu que llora por las esquinas.
Un suspiro contra la razón,
medio día para volver a la vida,
el tiempo desemboca en el mar,
como un río de fuertes corrientes
que nunca paran.
Melancolía, me metes el dedo en la llaga,
mis poros sudan sueños incumplidos,
como un caballo desbocado,
que vuelve a su cuadra.
Disparas balas de recuerdos por entre las tinieblas,
y yo me pregunto: ¿Qué podría haber sido?
Melancolía, regresas al despuntar la tarde
para perturbar mi soledad,
llamándome a gritos, me seduces la voluntad
Tormentos pasados,
niños que juegan a los dados
y mis ojos encharcados por la desesperanza.
Quieren mirarte,
pero el tiempo
resguarda la mirada.
Melancolía, hueles a sueños pasados
y tu mirada hiela mi habla,
un sudor frío como el acero
va recorriendo mi espalda.
Un susurro al oído,
una tarde de charla,
un cuaderno dibujado a rayas.
Una intuición que nunca se cumple,
Melancolía, tu arraigo duele
y tu insistencia me mata.
A veces te busco,
otras huyo.
Ando sobre una cuerda floja,
cada vez menos tensa y más encorvada,
que separa el abismo de mi alma,
quiero tenerte y quiero que desaparezcas
de mi lado y de mi vida pasada.
Melancolía, qué cruel es tu espada.
fría como el acero y suave como la seda.
Sudan los recuerdos de tardes despechadas
¿Por qué vienes cuando no te espero?
acaso ¿ha escuchado el rumor de mis palabras?
A bocados llamas y, cuando lo haces, desgarras mis carnes,
dejan la almohada ensangrentada del pasado.
Melancolía, tu mordisco desgarra,
en jirones de sueños,
¡ojalá no te conociera!
El pájaro azul que el tiempo cambiaba,
mi primer amor,
mi primer beso,
mi primer desengaño
y mi primera enamorada.
Melancolía, tejes tu tela entre mis recuerdos,
hilvanándolos, cosiéndolos con tu magia.
En un suspiro pasas
con un suspiro llegas
como un sonido que amarga,
o como una historia olvidada
y, con el tiempo, atraviesas el espacio
dejando atrás mis miradas.
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