Aventuro mi voz mientras recorres
la enorme soledad de ese palacio
donde habitas, mi canto irá a tu espacio;
a ver de tus cortinas cuál descorres.
Son muchas tus ventanas mas no corres
a escucharme cantar, tu amor reacio
hacia este trovador anda despacio.
No importa, va mi voz hacia tus torres.
Estoy ante tu alcázar, dentro mora
Majestad inasible, bella y plena
mujer que altiva escuchas, se demora
tu indulgente sonrisa entre la almena
mayor en que me ves oculta ahora.
Espía, conmovedora Reina ajena.