Te digo que tus ojos de gata
Me apuñalan en la noche....
Y me miras
Sabes que me quema tu piel al rozarme....
Y me tocas
Que tu olor indomable asegura el éxtasis de mis pulmones al respirarte....
Y te acercas
Que nunca pude darte respuestas seguras....
Y me preguntas
Que pensar en ti tortura mi alma insaciable....
Y te conviertes en recuerdos
Que tu ausencia me deja el alma vacía y sedienta....
Y te evaporas
Que tu presencia me inquieta y me incendia los nervios....
Y te vuelves eterna
Y cuando pensé que lo único sensato sería olvidarte....
Escribí otro poema, no tengo remedio.