#EscritoresMexicanos Otros Rimas irónicas poemas
La muerte nada quiere con los tris… Subrepticia y astuta, aguarda a que riamos para abrirnos la tumba y, con su dedo trágico, de pronto
Por diez años su diáfana existenci… Diez años en mi mano su mano se ap… ¡y en sólo unos instantes se me pu… que por siempre mis besos congeló! ¡Adonde iréis ahora, pobre nidada…
Yo soy tan poca cosa, que ni un do… Mas tú, Padre, me hiciste merced… Ha un año que lo sufro, y un año y… por él en estatura espiritual, Señ… ¡Oh Dios, no me lo quites! Él es…
Amiga, mi larario está vacío: desde qu’el fuego del hogar no ard… nuestros dioses huyeron ante el fr… hoy preside en sus tronos el hastí… las nupcias del silencio y de la t…
Los papelillos de colores que de los altos corredores lanzan al aire los chicuelos como bandadas caprichosas, en sus impensados vuelos
¡Con ella, todo; sin ella, nada! Para qué viajes, cielos, paisajes, ¡Qué importan soles en la jornada! Qué más me da
Todo amor nuevo que aparece nos ilumina la existencia, nos la perfuma y enflorece. En la más densa oscuridad toda mujer es refulgencia
A veces, en sueños, mi espíritu fi… escenas de vidas lejanas: yo fui un sátrapa egipcio de rostro de es… de mitra dorada, y en Menfis viví.
Tu cabellera es negra como el ala del misterio; tan negra como un ló… jamás, como un adiós, como un «¡qu… Pero hay algo más negro aún: ¡tus… Tus ojos son dos magos pensativos,
El mal, que en sus recursos es pro… jamás en vil parodia tuvo empachos… Mefistófeles es un cristo oblicuo que lleva retorcidos los mostachos… Y tú, que eres unciosa como un rue…
Yo la llamé del hondo misterio del… donde es sombra entre sombras, ves… fantasma entre fantasmas... Y vino a mi llamado, desparramando razas y atropellando…
Después de aquella brava agonía, ya me resigno..., ¡sereno estoy! Yo, que con ella nada pedía, hoy, ya sin ella, sólo querría ser noble y bueno... ¡mientras me…
¡La muerte! Allí se agota todo es… allí sucumbe toda voluntad. ¡La Muerte! ¡Lo que ayer fue nues… hoy sólo es nuestra Nada!... ¡Ete… ¡Silencio!... El máximo silencio
¿En qué cuento te leí? ¿En qué sueño te soñé? ¿En qué planeta te vi antes de mirarte aquí? ¡Ah! ¡No lo sé..., no lo sé!