Tal cual como cada mañana hacía El gallo en hora certera no calla ¡Es el amanecer de un nuevo día! La marea moja la arena en playa. Los rayos del Sol en el horizonte

Y dejó en libertad su pensamiento Y su corazón sintió acelerarse. Al tiempo, comenzó a ruborizarse Por el hecho recordado al momento. Cuando la vio se quedó sin aliento

Es mujer de provocante mirada Que paraliza todos los sentidos Arranca a los corazones quejidos Cuando nos mira de simple pasada Caminando siente se deseada

Aunque tampoco hoy estas presente Sin estar me hiciste un juramento Día a día y en cada momento Tu recuerdo esta preso en mi mente Mi dañado corazón lo siente

Sin ilusión y con cabeza gacha Anda por los desiertos de la vida Los recuerdos de su amada querida Su alma le castigan a golpes de ha… ¡Era tan hermosa aquella muchacha!

Sí, paseo junto a ti con orgullo, No es así, en otras parejas celosa… Fuisteis creadas tan dulces y herm… Que no hago caso, de ningún murmul… No se por qué al mirarte me aturul…

Entre dos corazones Que se aman La distancia es el velo Que los pensamientos Rasgan a su vuelo

Vacíos quedaron mis sentidos Al asumirlo por primera vez. Campanas de finísimo cristal Sonaron después en mis oídos. ¡Extraña sacudida emocional!

¡Buenos días mi amor! Ya regresé Abre los ojitos poquito a poco Delante de ti tienes al hombre Que lo estas volviendo loco

Hoy quiero crear un nuevo poema con las rimas de pura consonante; serán los versos de amor de un ama… que rebuscando encontró el mejor t… ¡Se me presentó tremendo dilema!

Avergonzadas se escondieron Hasta la Luna y las estrellas En lo alto del Cielo te vieron Brillando tanto o más como ellas Nuestras miradas se cruzaron

¡Juzgarme y aplicarme penitencia! ¿Si hacerlo es de recibo? Arrepentido, cumpliré sentencia. ¿Si no es, por lo que, escribo? ¡Si pequé! Fue con toda la inocen…

Ya se que quedas a la espera De que ensalce tus encantos Me rinda a tus pies Y escucharme cosas bellas No es que me quede sin palabras

Y este fue el pensamiento Que sobre mi losa esculpieron Oyéndose el lamento De aquellos que lo leyeron ¡A ella culparán mi muerte!

Cada noche converso con la luna Cada tarde le hablo al mar Y aunque tú no me oigas Sabes que en mi corazón estás Cada latido lleva tu nombre