Nada
Mi casi algo, mi casi nada
“No somos nada”, me respondio en tono seguro
como una burla de no ceder a mis sentimientos que lo acogen cuando está en necesidad.
Camine erguida, seguí como si esas palabras no quebrantarán al corazón que después de varias batallas a veces se atrevía a latir,
No mire atrás, no deje caer la gota que contenía mi lagrimal y seguí uan vez más.