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La humana numen.

A ella, que tantos versos ha causado.

La sensación extraña de mirar unos ojos que evocan todo menos un par de ojos, es comparable con la de besar unos labios que se sienten como todo menos como unos labios.
Ambos, casi de manera sacrílega o milagrosa yacen en un solo lugar.

El rostro de una humana.

De esa humana en específico; que por nombre lleva una combinación de letras terribles que de solo pronunciar diatriba el lenguaje mismo y entorpece esta lengua insuficiente.

Comienza desgarrando y evocando una vocal secunda al nombre de un Dios antiguo que portó el sol cual corona y dio vida a aquel reino de Glifos, pirámides y faraones.

La sílaba consecuente, habría de ser una tan poderosa cual la primera. Pero el nombre figura en sus inmediaciones, la negación, casi como paradoja. La primera letra figura el inicio de todas negaciones en muchas naciones. La segunda letra aparece al inicio de todo abecedario o vocabulario.

Ya por último y en su tercera sílaba, yace secreto y sin que ella lo adivine, la tercera de las letras de aquel majestuoso y antiguo idioma, que portaron los beduinos en sus poemas y canciones.

Enclavado en esta clave, yace el nombre de esta humana.

Seis letras en tres sílabas que figuran un nombre

Si lo descifras mal te reirás.

29/04

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