Corazón desangrado
A mi papá en el tercer aniversario de su partida
Si, siempre a mi papá
Padre ausente, corazón desangrado...
Recuerdo tu sillón y en él, toda tu infinita existencia...
Pasaste a otra dimensión viejo de mi alma,
dimensión que no alcanzo imaginar
y me dejaste sola...
Pero sabes viejo querido? Pienso que te fuiste
para descansar de ésta tierra tan doliente,
tan fangosa y mal oliente
tan infelíz y dura,
que no merecía un ser como lo fuíste tú,
tierra que maltrató tu alma,
que no cumplió tus grande sueños
por los que tanto caminaste...
y sin embargo no dejaste de soñar.
La ilusión siguió tan firme como tu paso,
jamás dejaste perder tu encanto
y mucho menos desfallecer tu aliento
como lo hacias?...nadie lo sabe,
si no hubiera sido por ese grande corazón
jamás hubieras resistido a tanta pena...
Mi viejo del alma, no logro saber de qué color eras...
tal vez rojo como las rosas,
o tal vez blanco radiante como el jazmín de noche ...
pues, como él, regalabas tu aroma
a todo el se acercara a tu bella existencia.
tal vez ese era, pues cerca de tí,
se desprendia un encanto, una alegría.
Ahora no estás, sólo queda el recuerdo
de ese amor que me enseñaste,
del cariño que me esperaba cada noche
en el sillón aquel de la esperanza,
pues tú fuíste lo único que amé
con la hermandad profunda de dos seres tan iguales,
que si me tocara escoger nuevamente a un padre...
volvería a vivir cerca de tu corazón frondoso
lleno de esperanza y con amor profundo, así te lo negaran.
Ahora pues mi viejo... ya no hay sillón
ya lo ocupa cualquiera y se convirtió
en un pedazo de madera y tela,
pues ya no estás con tu apacible alegría
y tu grandiosa tristeza, que en disimulo
se dibujaba en tus ojos,
en tus hermosos ojos azules como el mar
que me recordaban la tristeza que llevabas
ya los últimos dias antes de tu partida.
Yo la comprendí y hasta la sentí
y es por eso que el lugar donde estás
es mejor que éste infierno maldito!
Ayúdame a zarpar, pero antes de irme a otro lugar
quisiera darme un trocito más de vida
sólo para mí ...pues, como tú, ya no siento alegria.
Quiero desde ahora creer en ese dios que tanto creías
y que sea ese mi acto de amor que haga en el día,
tal vez esa creencia sea un palo en medio del rio turbulento
al que pueda asirme ahora que no tengo piso,
ahora que no creo ni en la vida,
ahora que estoy sola, pues me falta tu mirada,
y esa tierna alegría aunque llena de tristezas...
aún así iluminó mi vida.
Gracias viejo por seguir latente en mi corazón
que aunque desangrado sigue sintiendo tu presencia... día a día.
(2014)
Este es el último sentir de Ángela añadido post mortem por una amiga que conocía su clave y su alma...
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