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Ajeno

 
Vengo a veros
pero no a entrometerme.
Soy ajeno a vuestras ataduras,
pero consciente de vuestras emociones.
 
Doléis, doléis un huevo.
En el pecho, en la frente, en la sien...
Doléis por todo el cuerpo,
despacio.
 
Os abrazo con la mirada
os beso en la frente, a todos sin excepción.
En vosotros lo veo
cada vez que me atraviesa.
 
El brillo inhumano venido de afuera,
la luz prometida que inunda la esfera,
amor en silencio,
amor fraternal.
 
Si preguntáis: ¿de dónde vengo?,
os diré que de vosotros.
Si preguntáis: ¿de dónde soy?
Responderé: de vuestras entrañas.

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