Locura y cordura
Un piscis-tauro,
la sensación de ser el elegido,
la de dejar de serlo.
La opción de haber perdido el norte,
seguida de la duda,
de haberlo recuperado.
Un atajo, dos curvas, un accidente,
una rotonda, en donde todas las salidas llevan al mismo lugar,
hacia ninguna parte.
Yo sin sal, yo sin más, yo creciendo,
yo creyendo volver a conocerme,
pero desconocerme cada vez más
con el paso del tiempo.
Yo menguando.
Yo en bucle y yo en paz.
El paso del tiempo en mi piel,
el paso del tiempo en las cosas de los años, en la gente, en los hábitos,
en mi abuela y en mi hermana...
La vida viviéndose con cuidado,
¿Con cuidado de qué?
Lo desconozco.
Pero la prudencia
no hay que perderla.
Yo en un pasado valiente,
yo chocando con la realidad y ella haciendo juegos conmigo,
yo acelerando, yo veloz,
yo viajando en el tiempo,
o corriendo en círculos,
yo bajando la voz, yo callado.
(ahora)
Yo en la soledad
de un domingo por la noche,
en la cama, en silencio.
Yo sin certeza,
yo ante el cierre de un ciclo
y la apertura del siguiente.
