(1992)
#Españoles Del del frío libro
Cuando me extiendo junto al mar, existe el agua y su palpitación y un cielo azul cuya profundidad es demasiado grande para mí. Sentir el mar, su lentitud vivient…
Un día el mundo se quedó en silenc… los árboles, arriba, eran hondos y… y nosotros sentíamos bajo nuestra… el movimiento de la tierra. Tus manos fueron suaves en las mía…
esta mañana lluviosamente azul, amparado únicamente por mi paraguas intrínseco, he logrado acercarme a tu juguetería; quiero decir, claro es, a tu juguetería Liminalmente hablando, te ...
Mi manera de amarte es sencilla: te aprieto a mí como si hubiera un poco de justici… y yo te la pudiese dar con el cuer… Cuando revuelvo tus cabellos
La memoria es mortal. Algunas tar… Billie Holliday pone su rosa enfe… Algunas tardes me sorprendo lejos de mí, llorando.
La luz hierve debajo de mis párpad… De un ruiseñor absorto en la ceniz… y la mirada inmóvil de las bestias… Todo es presagio. La luz es médul… arden en mí los significados.
Vienen con lámparas, conducen serpientes ciegas a las arenas albarizas. Hay un incendio de campanas. Se oye gemir el acero
1. El animal que llora, ése estuvo… el animal que lame las heridas bla… ése está ciego en la misericordia; el que duerme en la luz y es miser… ése agoniza en el relámpago.
Si pudiera tener su nacimiento en los ojos la música, sería en los tuyos. El tiempo sonaría a tensa oscuridad, a mundo lento. Mezclas la luz en el cristal sedie…
Inmóvil, claramente inhumano en la pura catedral vive un ángel. Un ángel no tiene ojos.
Ví lavandas sumergidas en un cuenco de llanto y la visión ardió en mí. Más allá de la lluvia ví serpientes enfermas –bellas en sus úlceras transparentes–, frutos amenazados por espinas...
Caer en un rostro, existir con su respiración y con su boca..… Cuando tú estabas en peligro; tú gritaste, mas fue en la garganta de otro ser humano;
En Bolivia y en ti y no en la mu… pensamos, capitán. Hubo silencio una noche no más. Hirvió el acero otra vez hasta el fin. Y vino el d… y todo el mundo se llamaba Ernesto…
Yo no entro en ti para que tú te p… bajo la fuerza de mi amor; yo no entro en ti para perderme en tu existencia ni en la mía; yo te amo y actúo en tu corazón
A la penumbra auricular no viene n… amanecer. Muge el silencio en las… membranas. Silban los pájaros y tu… Tú no estás ya en tus oídos. * * *