No el laborioso hierro que en el c… labra inmortalizada despedida grabará el nombre oculto que emanc… con vida oculta de postrera vida. Lápida sin leyenda me anticipo,

Nadie interrumpa con la queja vana el gran silencio de la carne human… que en inconsciente nada se resuel… y al sitio de antes que naciera vu… Nadie se asome al sumidero lento

¿Qué es esto: ayer no más árbol de… y seco, abandonado, inmóvil, mudo, de nuevo al cielo azul joven te el… pomposamente lleno de hojas nuevas… ¿Y aquellas ramas rotas que tenías…

A la materna Tierra que cintila en la informe tiniebla, cual pupil… de leopardo, le pedí la fuerza pánica de cantar su alma dispersa. Pues poeta cosmógrafo con sabia

Hijo blanco y moreno de las mieses… pan nutridor, mi sangre te incorpo… Serás quizás al cabo de los meses la viva luz que mis pupilas dora, o en el cerebro el nervio de la od…

Cubra tu forma de ánfora un sudari… lleva en la mano el arlequín de pa… del deseo difunto y desencaja de ti misma el impulso pasionario. Y anima en tu atavío funerario

Cuando en las fiestas vago en el s… desde las tierras altas la mirada de albatros tiendo a la ciudad car… de hombres, la lado del Estuario t… Como en una visión de grandes vall…

Múltiple vez he visto en la novela que los del mal de todos guardan u… prenda que en todo plazo les revel… la pasada fortuna. De cabellera que no más es bruna

La estival sinfonista en la alamed… muerde al pálido fresno y donde mu… una incipiente yema el árbol pierd… y en su lugar lágrima de ámbar que… el leve y devorante fuego deja

Cuerpo, que vas hollando las viole… de las cosas humildes y secretas y sintiendo con una despedida el perfume del árbol de la vida, sereno vas con la ambición quebrad…

Carne mortal, sosiega. Carne mortal, escucha la palabra de la traición que aquí en ti mism… el término a que vas altiva y cieg… Pues la traición es tu fugacidad

Si soplar es vivir, viví. Mi prop… sangre gusté y en verso la celebro… Volqué como divina cornucopia mi corazón colmado en el cerebro. Viví sintiendo mi rumor, hablando

II Majestuosos, sombríos, colosales, eucaliptos vibrantes en el viento, protegiendo en las tardes otoñales la humildad del camino ceniciento

Yo sé bien que otra vez te quise m… pero hace tanto tiempo, ¡pero tant… Que del lejano tiempo sólo escucho dentro de mí, sin causa siempre, e… Es un sollozo como un ala viva

En una antigua urna cantó un grill… Decía: “en la cabeza de tu hermano levanto un canto rápido y lozano y me sirve de atril cráneo amarill… Por furtiva rendija entré en la fr…