Bastian Vargas

Estrella(do)...s

Hoy te recuerdo otra vez, como esa vez en la que recordábamos... dios, como nos queríamos
La distancia planteó una realidad que nosotros no supimos controlar
La fragancia de nuestras llamadas era tenue, cálidas, se sentía calmado escuchar tu voz.
Miré las estrellas pensando en cuál de esas serias tu. Me puse a contar.
 
Conte una. Esa fue la vez en la que te vi por primera vez. No me parecías tan llamativa
Conte dos. Esa fue la vez en la que empezamos a saludarnos con nuestro saludo especial. Eso si fue llamativo
Conte tres. Tres tristes tigres miraban como dos se encaprichaban mientras el otro sentía la envidia en llama viva
Conte cuatro. El beso que te nos dimos comenzó como algo de una noche. Ahora todas las noches pienso en ti, no te olvido.
 
Seguí... cada estrella era una de esas experiencias qué quedan en la cabeza
Contaba estrellas cuando estábamos juntos, bendigo a la falta de luz artificial.
Pues sobraban estrellas para ver la belleza que resultó de recordarte y abrazarte, era una paz mental.
Aún en los peores días conté las mejores. Todo cambiaba según la perspectiva y que tanto importaban los temores.
 
Conte cinco. El primer día que hicimos el amor.
Te aseguro que ese día conocí el amor, vivía dentro de una chica de ojos marrones.
No soy la canción, pero el lazo que se formó me hizo cantarte “borracho”
Ahora ni borracho olvido ese día ¿Mi mente está como basura en el tacho?
 
Taché la estrella seis, pues seis momentos fue en los que te fallé.
 
Te falle al no escucharte y preferir hablar
Te falle al no decirte la verdad y preferir disimular
Te falle al solo hablar de la universidad, la vida tiene muchas fantasías para contar
Te falle al molestarme contigo por no saber que decir, a veces solemos callar para reflexionar
Te falle al sentir que siempre estarías conmigo. Todo amor se acaba, por eso debí disfrutar.
¿El sexto fallo? Pues ahí va.
 
Falle al decirte que te amaba y que debías ponerte al cien. Lo maldigo.
Sabiendo que el tiempo y la distancia haría muchas maldades contigo
Medito y recito “Soy tu... Soy tu...”, eso sentí una vez me di cuenta de que no podría ser tu amigo
Está claro que no me quieres como enemigo, pero más claro está que no quieres nada conmigo.
 
Conte siete. Fueron los momentos en los cuáles jugábamos a videojuegos sin que nada nos preocupase.
Conte ocho. Nuestras salidas se pueden contar con dos palmas, pero claro que fueron inigualables.
Aún recuerdo esa sorpresa que me diste ¿Fue un chiste?
Fue de los mejor que recibí, yo soy el chiste.
 
Conte nueve, recordé el error de obligarte a salir y de no hacerte sentir importante muchas veces.
Conte diez, me siento obligado a frenar de contar estrellas para no caer en la lujuria y la amargura de pensarte
Conte once, ¿qué sucede entonces? ¿dónde se supone que debería viajar? encontré una puerta luego de preguntármelo
No era de bronce, era de oro. Atesoro cada momento que pasamos juntos, pero debo olvidarte.
 
Fui a esa puerta y resulta que sucedió lo siguiente.
Estuve 30 años de mi vida, aprendí a quererme, a disfrutarme
A valor lo espiritual antes de lo material, a querer a quienes tenía en frente
Conseguí que la soledad sirviera como un fragante endulzante.
 
Pero luego...
 
Tenía la vida hecha, sin embargo, vi el suelo.
Vi la puerta de bronce, supe que pasaba si entraba de nuevo
Solo quise dar un vistazo, un vistazo de una sola ves y decirte hasta luego.
Y ahí fue... cuando me puse a contar estrellas otra vez.

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