#Mujeres #Peruanos #SigloXX
Deseos, piedras, cielo a jirones, ni un ave. Estoy huyendo. Una nueva montaña, un río joven, sin ira.
Nadie te va a abrir la puerta. Si… Insiste. Al otro lado se oye música. No. E… teléfono. Te equivocas.
Porque ya no eres un ángel sino un… pies cansados sobre esta tierra qu… joven todas las mañanas. Porque sólo tú sabes que hay músic… máquinas que escupen verdades y me…
Las manos a la altura del aire a dos o tres centímetros del vacío no se mirará nada preciso la polvareda que pasa el inesperado cortejo de plumas
Hoy estás en los brazos de mi feroz imaginación brazos que han matado brazos con que tapo mis ojos con un gesto de lobo
Un poema como una gran batalla me arroja en esta arena sin más enemigo que yo yo
Como una moneda te apretaré entre… y todas las puertas cederán y lo veré todo y la sorpresa no quemará mi lengua
El día queda atrás, apenas consumido y ya inútil. Comienza la gran luz, todas las puertas ceden ante un ho… dormido,
A lo mejor eres tú mismo el tren q… tierra rumbo al infierno o la estr… lleva frente a otro muro lleno de… endiablados gestos sin dueño y tú… propietario de una boca escarlata…
Frente a mí ese rostro lunar. Nariz de plata, pájaros en la fren… ¿Pájaros en la frente? Y luego hay rojo y todo lo que la tierra olvida.
Aquella torturada nube parecía tan… ambulando, desgarrando, chocando con masas de ángeles. Cóncava,
Nadie nos dice cómo voltear la cara contra la pared y morirnos sencillamente así como lo hicieron el gato
Y de pronto la vida en mi plato de pobre un magro trozo de celeste cerdo aquí en mi plato observarme
II Estréchame las manos, la única luz que nos queda, no me dejes olvidada en la cima de una ola.
El agua de tu rostro en un rincón del jardín, el más oscuro del verano, canta como la luna. Fantasma.