#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX #1923 #FervorDeBuenosAires
Ni la intimidad de tu frente clara… ni la privanza de tu cuerpo, aún m… ni la sucesión de tu vida situándo… serán favor tan misterioso como mirar tu sueño implicado
Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera;...
El aljibe. En el fondo la tortuga… Sobre el patio la vaga astronomía del niño. La heredada platería que se espeja en el ébano. La fuga del tiempo, que al principio nunca…
Como ser humano, soy una especie de antología de contradicciones, de 'gaffes’, de errores, pero tengo sentido ético. Eso no quiere decir que yo sea mejor que los otros, sino simplemente...
Por estos rojos laberintos de Lon… descubro que he elegido la más curiosa de las profesiones… salvo que todas, a su modo, lo son… Como los alquimistas
Hijo de algún confín de la llanura Abierta, elemental, casi secreta, Tiraba el firme lazo que sujeta Al firme toro de cerviz oscura. Se batió con el indio y con el god…
La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladík, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y...
Desde el primer Adán que vio la n… Y el día y la figura de su mano, Fabularon los hombres y fijaron En piedra o en metal o en pergamin… Cuanto ciñe la tierra o plasma el…
En España, y aun aquí, en la Argentina, se puede conversar todavía. A mí me gusta conversar con los “chauffeurs”, con los mozos de café... En España yo he estado conversando con un past...
Quién les hubiera dicho que sus mayores vinieron por un mar, quién les hubiera dicho lo que son un mar y sus aguas. Mestizos de la sangre del hombre blanco, lo tuvieron en poco, mestizo...
Grata la voz del agua a quien abrumaron negras arenas, grato a la mano cóncava el mármol circular de la columna, gratos los finos laberintos del ag…
El hombre llegó del sur de Inglaterra en un amanecer del invierno de 1877. Rojizo, atlético y obeso, resultó inevitable que casi yodos lo creyeran inglés y lo cierto es que se ...
Yo hubiera querido ser andaluz. L…
El hombre se despierta de un incie… sueño de alfanjes y de campo llano y se toca la barba con la mano y se pregunta si está herido o mue… ¿No lo perseguirán los hechiceros
Me piden el cuento más memorable de cuantos he leído. Pienso en “El escarabajo de oro” de Poe, en “Los expulsados de Poker Fiat” de Bret Harte, en “Corazón de la tiniebla” de Conrad, en...