DODONA Y DELFOS
DODONA Y DELFOS
A la encina sagrada,
antiquísima y sabia
que al rumor de sus hojas
le responde al viajero,
en Dodona de Epiro
el creyente interroga
por futuras vendimias,
por la fecha propicia
de buscar compañera,
por el nombre adecuado
del futuro sarmiento;
porque en Delfos rocosa
Pitonisa le dijo
en sentencias ritmadas
que su vida era corta.
El rumor de las hojas
semejaron un canto
de dolor prolongado
que el Tonante sentía
por el género humano.
Y la intérprete dijo
que los dioses decían:
Venturosos los hombres
que Destino ha querido
con consenso de Cronos
que se acaben sus penas,
que se agoste su afán.
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