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Elegía

Los besos se me han vuelto telarañas,
la casa se ha venido abajo,
se derrumba;
ya está rota
aunque tiembla entre gajos y vitrales.
 
Abierta como madre
la aluden los crepúsculos;
es un desierto borrado por mis pies
que no siguen a nadie.
He claveteado estas persianas
para que no examinen la agonía,
el polvo es mi señor.
 
Sepultada
por gatos y papeles
jamás sospecharán que vivo.
Preferido o celebrado por...
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