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Yo una vez tuve un amigo. Un viernes, al salir del trabajo,… No vislumbramos la noche porque ér… Al llegar al Paseo Colón de madru… la gente nos advirtió sobre la pel…
Todos somos gatos volvemos a la noche del alféizar a la calle La lengua purifica la mugre de tantas vidas.
Tanto miedo tengo a la reencarnaci… si en esta vida no me amas, imagínate en la otra. Que yo reencarne en mosca y tú en galán de telenovelas,
Es lo que soy cuando amo, un despojo de pieles y de ropas delante de otro despojo de ropas y… Cubrimos nuestras primeras vergüen… y volvemos al mundo revestidos de…
Yo era un cíclope de cristal tú lo sabías mi corazón flameaba poco pero su llama era auténtica tú lo sabías
La impresión del amarillo, el rojo… sobre el asfalto cuando llueve. La lluvia baña las huellas del crimen.
A los cuarenta y cuatro, para lo único que eres joven, es l… Solo cuando entiendes el miedo a l… puedes escribir el poema. La noche, esa pequeña muerte de to…
El cardiólogo insiste en que el corazón no duele. El hígado no duele. Nada duele. ¿Y el cerebro? El cerebro es la oficina postal del cuerpo. Envía mensajes de melancolía a nuestros cora...
Yo no vivo el amor como los otros yo susurro plegarias al colchón do… a esa explanada a la que nunca te… y donde hoy el fuego consume sus t… en medio del incendio
La noche tiene luceros artificiale… en mi cuarto una regla de enchufes… la noche tiene manías es posible una mirada sorda aquell… buscando en el otro palabras que n…
Ahí viene la de aliento de perro-come-bofe la de sonrisa falsa como bruja de… nació primero que la vida trituradora de carne
El poema se lee y se olvida o se recuerda depende leer un poema es abrirse la piel
Es curioso que el hombre, siendo u… ¿Quién es el hombre que mira al ho…
He borrado tu nombre cuando te piense será como un día y un mes ¿alguna vez imaginaste que esto po… ¿que alguien que se paró a tu lado…
Nos olvidamos de lo que no vemos. Del piojo feliz en la cabeza de nuestros Estuardos, de las violetas que florecen en sus cuerpos por las caricias brutales de sus verdugos. Y volvemos a...