(1984)
#Guatemaltecos #Mujeres
Con sus garras de ónix, puntual, ordeña la muerte cada uno de nuestros días, y los sorbe insaciable
Mentira: el perfume la voz el encaje la mujer de plástico
Amo mi casa por sus cuatro viejos costados llena de voces y ruidos: casa de adobe y machihembre que se queja por la noche
Aún deseo mis antiguos tiempos fetales, en que fui pez opalescente y ciego.
Por recorrer tu piel a pedacitos olvidé la piel agrietada de la patria, dejé de andar por sus caminos, no llegué hasta sus aldeas,
Fui agarrándome de ti, de tus ojos, campanarios llenos de palomas, y tu pecho encendido como un lucero sólo.
Esa mentira inmensa que es Nueva York quema mis labios a la medianoche cuando flamean las cabezas derriba… en cada piedra de la ciudad
Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino.
Para Susana y Rigoberto Juárez P… Una misma insurrección morada, una misma, persistente memoria guardada por siglos en semillas,
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
Los incrédulos repetirán —una y otra vez— tu nombre, como lo hago yo en esta noche de turbia embriaguez
A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie.
A tu ancho cuerpo de jade y plata vuelvo, jinete de manos verdes y pleno cuerpo verde de fosforescencias nocturnas.
Yo imaginaba peces inverosímiles bajo ese mar que era –entre ocres… de un verde titubeante, cuando el ferry ancló en Ellis Is…
Times square Il pleut dans mon coeur... Verlaine Bulle la colmena —sin aparente propósito—