#Guatemaltecos #Mujeres
Nada he sido nada soy sino escondida isla sin pájaros ni habitantes
Tatuada con inscripciones misteriosas que una mano de fuego trazó por error aquí estoy
Esa mentira inmensa que es Nueva York quema mis labios a la medianoche cuando flamean las cabezas derriba… en cada piedra de la ciudad
Para Susana y Rigoberto Juárez P… Una misma insurrección morada, una misma, persistente memoria guardada por siglos en semillas,
Tengo miedo. Qué difícil contarte esta verdad, porque tú no sabes nada sobre su vestimenta leve, que se va deslizando
Casi podría decirte devorada por la angustia me asomo a la vieja cueva prohibida donde habitan
Bajo el ala de la noche que deja su huella imprecisa bajo la sombra del corazón repudiado
Amo mi casa por sus cuatro viejos costados llena de voces y ruidos: casa de adobe y machihembre que se queja por la noche
En medio del invierno pensativo Manhattan seguía siendo en mi cabeza sólo una canción, para recordar a un hombre.
El invierno comenzaba, apenas, a mostrar su cuerno —largo y temible— de unicornio ciego. Inquietante,
Me disuelvo en la magia giro en medio del fruto pulposo
Solo como Borges en el fondo de la rosa torturado por báculos de plata espejos laberintos
A veces huyo por intrincados caminos construidos de palabras, que me llevan a los páramos de nadie.
Yo miraba tus manos e inventaba historias de aleteos sobre mis pechos, de roces suavísimos
Tras las ventanas que tamizan la luz del sol que muere aguardaba el amor de un joven fauno, su ternura despiadada,