(1979)
#Españoles #Mujeres #Personal Kampa-Antología
No era el alba de hielo, no era de… vida, no era la antorcha de sus oj… do se despertaba el campo no era d… el pensamiento abría una zanja acu… constituirse en veta interior... E…
Ah del ladrón que robó la blancura y la depositó sobre los trigos No pensó que los cuervos
Prisionera de un pánico invencible… y aunque sé de la inutilidad de to… desde esa cárcel torturante que es… pido la autonomía total del hombre y el derecho a no justificar para…
Ya se acercan las manos, innumerables manos, negras manos, a cegarme los ojos, a detener mis piernas,
¿Oyes esa música que cruza como luz la oscuridad mientras la oscuridad gira y yo con ella? ¡Con qué fuerza
Me dejaré morir en tu silencio, que de noche me diste de comer los frutos del cerezo en tu alcoba de sombras sangrantes de perfume
A veces el poema es el objeto o do… y con más evidencia pone de manifiesto ese propósito: dar luz a una palabra sin quitarle su magia
Cae la tarde y un rayo de sol se acerca a tus labios para comprobar una certeza y traspasar con luz
El ojo de la noche descubre el pálido abandono y absorbe hasta el negro su blancu… He aquí un espejo vacío que alcanza
Revuelta con el viento mi alma has arrastrado hasta la orilla de tu alma. Mas mi cabeza anclada en ese cuerpo
Isla del suicidio en apariencia muda, arranca la sonrisa de tu cara. Muestra la ambigüedad
La mano en el saúco del leteo, la sombra sigue insomne de otra mano, una mano que nombra, que desbroza el camino,
Una vez más el paisaje fugitivo, el lago, los valles, los árboles que corren como ríos. Llega una nube y ciega la mirada;
Desconfía de aquellos que no han considerado nunca el suicidio. Van haciendo paso a paso el camino… cegándose al abismo que siempre ac…
Me he despertado de pronto, tú me estabas gritando enfurecido destrozabas la noche, rompías en pedazos la materia. He comprendido entonces