#EscritoresNicaraguenses
Una mirada a veces un gesto entorpecido una frase un olor el beso que al unirnos
Porque aprendí a quererme puedo sangrar con tus heridas.
Sólo cuando me amas se me cae esta máscara pulida y mi sonrisa es mía y la luna la luna y estos mismos árboles
También me gusta el amor al que le cierran la puerta el que entra por la ventana volando sobre una cuerda.
Es extraño este huésped este amor cuanto más me despoja más me colma.
Dicen que la muerte es solitaria que nos morimos solos aunque estemos rodeados de aquello… pero tú me llamaste y yo no estuve:
Muero de a poco, amor no es la muerte sorpresa que deseaba la que libera y lanza
Desde tu ausencia llamo de tu exilio desde este viento sur que te convoca
¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?
No preciso conceptos. No más divagaciones ni teólogos discursos que anestesien mi herida. Tus palabras preciso,
Has entrado al otoño me dijiste y me sentí temblar hoja encendida que se aferra a su tallo
Hola dije mirando tu retrato y se pasmó el saludo entre mis labios. Otra vez la punzada,
Mi querido Odiseo: Ya no es posible más esposo mío que el tiempo pase y vuele y no te cuente yo
Barajando recuerdos me encontré con el tuyo. No dolía. Lo saqué de su estuche, sacudí sus raíces
Fue una pequeña muerte tu partida. Una muerte pequeña que me crece cuando imagino a veces que estás cerca