Agua pura corría por el piano. Dulcemente salía del cauce de sus manos. La nostalgia dormía.

Uno de esos instantes que se vive no se sabe en qué mundo, ni en qué… que no se siente el alma y que ape… se siente el existir de nuestro cu… mi corazón oyó que lo llamaban

Alguien dijo que «la risa es la gran enterradora». Algo se me está enterrando porque río a todas horas.

Si turbia la razón y roto el sueño paso a ser una sombra entre mortal… quede de mí la luz que ahora me gu… antes de ser mi sombra larga noche… Quede de mí la angustia y el anhel…

De este sueño malva y rosa que sueña el agua del río, se van rosando en la tarde las velas de mi navío. De las lejanías vengo.

No es aire lo que respiro, que es hielo que me está helando la sangre de mis sentidos. Tierra que piso se me abre. Cuanto miro se oscurece.

Fantasmas de hielo y sombra animados y sin alma me cercan por todas partes adondequiera que vaya. Me cercan y me persiguen,

No quiero la pipa curva, ni tu pañuelo bordado, ni las rosas –los domingos– ni el cestillo con pescado. Y, marcharé de este puerto

Ven a mí que vas herido que en este lecho de sueños podrás descansar conmigo. Ven, que ya es la media noche y no hay reloj del olvido

Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos,

Los brazos que te han llevado, no te dejan escapar para volver a mi lado. Nos separa un ancho mar de difíciles tormentas,

Alameda: guarda bien mis siete años primeros. Y los siete posteriores.

Se desprendió mi sangre para forma… Se repartió mi alma para formar tu… Y fueron nueve lunas y fue toda un… de días sin reposo y noches desvel… Y fue en la hora de verte que te p…

¿De qué trigal malherido te fueron a levantar, mi pobre ángel caído? ¿Acaso era tu destino ir tan lejos a acabarte