#EscritoresEspañoles
Ven a mí que vas herido que en este lecho de sueños podrás descansar conmigo. Ven, que ya es la media noche y no hay reloj del olvido
Fantasmas de hielo y sombra animados y sin alma me cercan por todas partes adondequiera que vaya. Me cercan y me persiguen,
En una tarde, como tantas tardes, y en un gran parque de ciudad leja… para evadirse del rumor ajeno conmigo misma paseando estaba. Era el frescor intenso, se veían
Sobre la blanca almohada, más allá del deseo, sobre la blanca noche, sobre el blanco silencio, sobre nosotros mismos,
Los brazos que te han llevado, no te dejan escapar para volver a mi lado. Nos separa un ancho mar de difíciles tormentas,
No es aire lo que respiro, que es hielo que me está helando la sangre de mis sentidos. Tierra que piso se me abre. Cuanto miro se oscurece.
Deslizándome en el agua hasta la Isla he venido. He vagado entre sus brisas. Y por su costa he corrido. Del mar salí llena de algas,
El viento bate espadas de hielo. —No abriré la ventana— El viento decapita luceros.
Eran verdes como un mar, con reflejos de alto cielo. —¡Qué bien sabían mirar!— unos ojos que recuerdo. En la penumbra lucían
Ancho es el mar; él ha de separamo… quedarán nuestras almas enlazadas. Como un último retrato, en nuestro… impresas lucirán nuestras miradas. El barco en que he de ir está en e…
De este sueño malva y rosa que sueña el agua del río, se van rosando en la tarde las velas de mi navío. De las lejanías vengo.
Alameda: guarda bien mis siete años primeros. Y los siete posteriores.
¿De qué trigal malherido te fueron a levantar, mi pobre ángel caído? ¿Acaso era tu destino ir tan lejos a acabarte
Si turbia la razón y roto el sueño paso a ser una sombra entre mortal… quede de mí la luz que ahora me gu… antes de ser mi sombra larga noche… Quede de mí la angustia y el anhel…