LOS ABUSOS
De atropellos el mundo está colmado:
violamos la ternura y la bondad,
nos sigue cual la sombra la crueldad
y el afecto se da por olvidado.
De la vida se busca el resultado,
nada importa justicia o falsedad,
renunciamos sin más a la piedad
y al cariño dejamos sepultado.
Son las ingratas reglas de esta vida,
lacerar al que abraza el triste sino
y ponzoña esparcir sobre su herida.
Olvidar la virtud del peregrino,
que nos tendió su mano en la caída
y en pago maldecimos su destino.
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—Manuel Cornejo González—