A LOS REYES MAGOS
A LA LLEGADA DE LOS REYES MAGOS
Guiados por la estrella desde oriente
tres Reyes Magos a Belén llegaron
y el oro, incienso y mirra le dejaron
al Niño Dios, que estaba allí presente.
La Virgen sonreía complaciente
y José, mula y buey participaron
también, y hasta los ángeles bajaron
del cielo y alegraron el ambiente.
De acuerdo comenzaron una fiesta
por encontrarse ya la mesa puesta
y con el pan, la leche, queso y miel
que antes habían traído los pastores,
celebraron e hicieron los honores
a la llegada al mundo de Emanuel.
CREO EN LOS REYES MAGOS
Nada me importa que me llamen loco
por creer en Reyes Magos todavía
y en la magia que antaño aparecía,
que ahora lleno de ilusión evoco.
Me transportan al cielo como poco
y me llenan el alma de alegría,
porque me hacen pensar en ese día
en mi niñez, donde feliz me enroco.
Sigo creyendo con la misma fe
y la ilusión me sigue acompañando
y ni una cosa ni la otra oculto
aunque en la senectud me aposenté
y siempre en ellos seguiré pensando,
porque en tal tema nunca seré adulto.
LOS REYES MAGOS
Los Magos ya se acercan a Belén,
vienen cargando mirra, incienso y oro
y todo este grandísimo tesoro
lo pondrán, cuando lleguen, ante quien
será todo Él amor, ciento por cien
y ante el que humilde y con fervor imploro,
introduzca en mi ser por cada poro
lo dulce de ese amor a mí también.
Los Magos, desde oriente cabalgando,
llegaron con la estrella como guía
hasta ver el Portal y allí fue cuando
encontraron al Niño con María,
que le estaba solícita cambiando
los pañales lavados ese día.
SIGLO CREYENDO EN LOS REYES MAGOS
Quisiera la ilusión que de pequeño
tenía a la llegada de esta fiesta,
por aquella alegría manifiesta
cuando sentía de algo ser el dueño.
Me acompañaba cada noche el sueño
de que al día siguiente una gran cesta
tendría de juguetes más que atiesta
para premiar mi juvenil empeño.
Soy de los Reyes Magos fiel creyente
porque me siento niño todavía,
siéndolo así desde la misma cuna
en la estela del tiempo hasta el presente
y esta mágica y linda compañía
ha sido siempre mi mayor fortuna.
