CUANDO EL DESEO SE CONVIERTE EN FURIA
Cuando el deseo se convierte en furia
no hay ningún modo de paliar su efecto,
porque va siempre por camino recto
hacia la excitación de la lujuria.
Se da esta circunstancia si la incuria
que tenga la libido por lo erecto
fenece, cuando piensa en un selecto
banquete bien lejano a la penuria.
Son los momentos cumbres del placer,
que se empeña en salir porque es muy grande
y quiere acopiar más para tener
de repuesto, pues mucho de ello expande
en los momentos en que al súmmum llega
al hacer los amantes mutua entrega.
(2015)
