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EN EL DÍA DEL SEÑOR

Como hoy es domingo, aireo estos versos.
 
MISA DE DOCE
 
Han tocado las campanas
como lo hacen cada día,
pero con más alegría,
con la mayor de las ganas,
 
anunciando que la misa
a las doce va a empezar,
y podamos preparar
nuestra asistencia sin prisa.
 
Como es un día de fiesta
nuestro cuerpo acicalamos
con esmero y ya nos vamos
con la mejor ropa puesta.
 
A la iglesia hemos llegado
entrando por esa puerta
que suele estar siempre abierta
esperando al invitado,
 
que un convite al cabo es
el que la iglesia nos hace
entrando aquel al que place
sentirse buen feligrés.
 
Nos recordarán la vida
de Jesús el Nazareno,
que dejó al mundo tan lleno
de amor que nunca se olvida
 
después de esos dos mil años
que hace que murió en la cruz
inundando con su luz
a todos, propios y extraños.
 
Y aunque a veces es fugaz
es gracias a su palabra
cómo consiguen que se abra
para los hombres la paz.
 
Oiremos el Padrenuestro
todos llenos de emoción,
que es la mejor oración
que al mundo legó el Maestro.
 
Y escucharemos mil veces
lo del milagro del vino,
lo del hijo libertino
y el milagro de los peces.
 
Y ese solemne momento
en que Jesús se transforma,
transmutándose en la Forma
que es como su advenimiento.
 
Y la paz de los hermanos
nos pedirá el oficiante
y todos con buen talante
uniremos nuestras manos.
 
Se acercarán al altar
los ya libres de pecado
por haberse confesado,
gozosos a comulgar.
 
Después, con la bendición
a todos en general,
nos iremos al final
cumplida la devoción.
 
EL PADRENUESTRO (en gaita gallega los cuartetos, convencionales los tercetos y sáficos en el estrambote).
 
Tú, Padre Nuestro, que estás en los cielos,
como asimismo igualmente en la tierra,
libéranos del horror de la guerra
y haz que se cumplan los miles de anhelos
 
de éstos, tus hijos. Daremos consuelos,
como consejos también a quien yerra
y a cambio él nos perdona y entierra
si los tuviera, su envidia y sus celos.
 
Tu nombre para siempre sea alabado,
líbranos de funestas tentaciones
y el pan de cada día nos sea dado,
 
derrama sobre el mundo bendiciones,
de modo que vivamos sin pecado
y libres de malignas ambiciones.
 
Limpios los corazones,
veremos cómo el mundo va mejor
si damos paz y sobre todo amor.

(2012)

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