Yo tengo para el árbol mil loores porque el árbol a todos da consuel… ofrece grata sombra a los pastores y refugio a los pájaros del cielo. Porque de los humildes labradores

Sagrada cruz, yo sí te he profanad… entre unas manos de mujer querida, y en el tosco puñal con que he int… dar a mi corazón la última herida. Mas, cien veces, contigo me he abr…

Corazón que sufriste lo rigores del cruel Destino, un cementerio e… donde están ya difuntos mis amores… el olvido de todas las mujeres Gustaste del Edén, frutas y flore…

En regio baile el Mariscal se apr… a derrochar la luz de su cultura; entre la noble sociedad en fiesta no es menos grande su marcial figu… Es el festejo en Guayaquil. La or…

Que vivan de la baraja los jugadores de oficio; porque el juego es un mal vicio para todo el que trabaja. Nos han metido en un puño

Ya se secó la mata que abrió un dí… la dalia que en el pecho te pusist… la tarde aquella, en que creer me… que yo amor inspiraba todavía. Me dio dolor mirar, amiga mía,

Era mi poesía fea y triste, la poesía de mi corazón. Tú le pusiste música y la hiciste una bella canción. Tú le infundiste alma,

Veinte años hace ya que una doncel… que apenas trece abriles contaría, prometióme que siempre sería mía y me reí de la promesa y de ella. Muy pronto la aventura eché al olv…

Pasó mi adolescencia en torbellino y gozarla no puede lo bastante; y estoy como un cansado peregrino que teme caminar hacia delante. ¡Qué imposible paréceme el camino

Un pedazo de mar y otro de cielo y una montaña de un azul profundo, forman la vista que, en mi eterno… contemplo yo desde un rincón del m… Por el límpido azul de terciopelo

Cuando vieron mis ojos tu silueta… acercarse a la puerta de mi eterna… me creí que volvía para mí la vent… que perdí en los mejores abriles d… Emoción inefable, dicha nunca sent…

Ave cautiva que ve el cielo y como no puede soñar el sueño suave de su vuelo suelta sus trinos a volar. El ala es polvo y se levanta,

Jesús de Nazareth cena una santa tarde en Betania en donde ha tiemp… Lázaro, sirve Marta la hemanita mayor, y en el hogar la dicha cant… María Magdalena unge la planta

Nunca mi mente acarició el ensueño de vivir solo, frente a un mar bra… sino en un campo en flor siempre r… viendo correr junto a mis pies un… Por más que en alegrarme yo me emp…

Caraqueña: recuerdo la ventana ent… desde donde cien veces me miraste… cuando yo era dichoso y por ti sen… pasión que con palabras no te supe… Todavía mi mente a explicarse no a…