Regocijo en la otredad
Es el móvil de mi pensamiento el día de hoy,
creo que lo trataré como una máxima.
Me atrevería incluso a pensar que se acerca
a la grandeza de marfil del estoicismo.
Somos seres entregados al pathos,
poco o nada conocemos del gobierno de sí,
siempre entregados a la otredad
o para variar
esperando que la otredad se entregue a nosotros.
Entonces es deber del guía interior
identificar los bordes abismales
en donde pueda hallarse
el principio grotesco del goce paradójico,
'más allá del principio del placer'.
Y sería pues el horizonte
encontrar sosiego en el desarrollo libre del espíritu
encontrarte en la senda de la armonía
subyugar con voluntad de poder
toda tentación o necesidad
de pasar por encima de la libertad
y el bien ajeno, incluso el propio.
Ante nadie superior pero ante ninguno me inclino.
Quizás mi proceso de sublimación de aquel malestar con la cultura, se encuentre en la producción asolada de versos y frases, que son en últimas, sinónimos del absurdo.
