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Renaci

Hace tanto tiempo que no sentía mi cama tan vacía como hoy.
Desde hace mucho dejé de extrañar un cuerpo cálido pegado al mío.
Dejó de ser importante la presencia de un beso o una caricia.
Aprendí a verme sola y a sola estar.
Entonces llegaste tú.
Sin invitación.
Sin previo aviso.
Con esa locura contagiosa que, sin darme cuenta, empezó a llenarme el alma.
Y resurgió la risa.
La alegría hizo nido en mi hueco corazón.
Necesidad de escucharte, aunque fuese a la lejanía.
Me volvi a ilusionar y no lo sabia.
Me ilusione cuando había prometido no volverlo hacer... a pesar de siempre huir de ese sentimiento, contigo fue imposible evadirlo.
Estos demonios míos viven para compartir su agonía a tu lado y así soy feliz.
Renací...
Me convertí en ilusión y fantasía, en magia real,  en imaginar encuentros eternos y largas despedidas.
Me he reconocido única y auténtica.
Pero también, aunque me duela, en niebla espesa de lágrimas sueltas cada madrugada te deseo, no lo niego.

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