Cargando...

Se siente medio extraño, sabes? Se respira diferente de este lado del planeta en el que tú no estás.
 
Siento una envidia espeluznante por aquellos que se topan contigo, incluso sin notarte.
 
Quisiera ser esa chica que te mira todos los días dirigirte hasta tu destino, o aquella vendedora que te atiende cada mañana.
 
Me conformaría con tan poco con tal de tenerte cerca.
Ni siquiera tendrías que tocar mi piel, mi amor, sólo tendrías que mirarme.
 
Y podría verte cada mañana tomar el mismo transporte, y podríamos ver los mismos paisajes sin que tuvieras que enviarme una foto.
 
Podríamos rozar pieles, aunque sea por accidente, de vez en cuando en lugar de vernos en fotos.
 
No quiero más distancia, ni más “mi amor” que no puedo escuchar en el oído. Ya no quiero llamadas que nos conducen a un deseo que no se puede saciar hoy, ni mañana, ni quién sabe cuándo.
 
Estoy cansada de ponerle fechas a aquello que debería ser espontáneo.
No te quiero lejos y te quiero cerca.
 
Esa contradicción debería ser ilegal, porque ninguna oración debería tener un “no te quiero” y “te quiero” tan próximos.

Otras obras de Daniela Gisela Aguilar...



Top