Acuarela
Déjame morir mil noches en tu recuerdo que yo resucitaré cien mil en tus sueños.
No por persistencia o por capricho sino porque el destino cruel y amigo me ató a la espalda de tus sueños
Vivir así es un dilema en el que te dejo a la distancia de un pensamiento o a la orilla de un tal vez
Ridículo predicamento ser o no parte de tu vida.
Si me ahogo en deseos sin saberte mía y sin la posibilidad de que algún día le seas
Febril y embriagados entre un adiós y un hasta pronto
Sin plenilunios ni estrellas en colisión
Solo en el vacío absoluto de las cordilleras de tu corazón
Dónde nada echa raíces, dónde nada crece, dónde no hay quien siembre y mucho menos quien riegue ese tu desierto árido cómo lo s besos de los que nunca se amaron
Veo el futuro y en no existen sombras y por tanto no estoy yo
Pues es en las sombras es dónde se esconden los amores de los cobardes
Los que no son capaces de declararse
A los que les da miedo descubrirse a merced de espíritus devoradores de almas
Déjame morir mil ches que yo resucitaré al calor de tu recuerdo.
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