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Salvación

Te veo desde la mirada de dos amantes
Que se bañan en la clandestinidad de dos suspiros.
No sé si saberte interesante con esos rizos o con la forma como jugueteas con tus gafas
Desde mi escritorio te observo helido e impávido
Cómo aquel que despierta el morbo en una mueca
No sé de verdad como decirte lo que siento cada vez que te veo
Muero en silencio pidiendo no escuchar tu voz
Que mis ojos no descifren ese codigo funesto dónde te hago el amor
Dónde no tengo miedo de decirte cómo te amo
Dónde el deseo habla de ti y de mi
Sin presentes ni futuros
Que agonía saborear tu piel cada mañana, con cada sonrisa que das a otros
Y sin embargo aquí estoy invisible a tus sentidos aunque conmigo los explorarias todos
Sin poder determinar  el momento exacto dónde convergen tu sexo y el mío.
Sigo aquí furtivo y jadeante cuál depredador al alcance de la presa
Solo espero que un día se despierte en ti ese más allá que nos separa, esa sombra que habla a gritos, que te apretuja las piernas y que quiere romper el celo de no tenerte cuando y como deseo.
No se trata de mi, es el universo el que sacia mi deseo cuando me imagino a tu lado,
Cuando convergen por fin el aquí y el ahora sin idealismo, cómo el sexo carnal, cómo el fuego abrazador  que causa terror pero es hermoso
Así nos veo ciegos y embriagados esclavos del deseo
así nos veo primitivos como el primer Adán y la primera Eva a Merced del cielo y de la tierra

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