Yo la quiero cambiante, misteriosa… Con dos ojos de abismo que se vuel… En su boca una fruta perfumada y b… Que destile más miel que los rubio… A veces nos asalte un aguijón de a…

Fiera de amor, yo sufro hambre de… de palomos, de buitres, de corzos… no hay manjar que más tiente, no h… había ya estragado mis garras y mi… cuando erguida en la casi ultratie…

¡Si la vida es amor, bendita sea! Quiero más vida para amar! Hoy si… que no valen mil años de la idea lo que un minuto azul de sentimien… Mi corazón moría triste y lento...

Manos que sois de la Vida, manos que sois del Ensueño; que disteis toda belleza que toda belleza os dieron; tan vivas como dos almas,

¡Tengo sed, sed ardiente! —dije a… me ofreció de sus néctares. —¡Eso… Luego, una rara fruta, con sus ded… exprimió en una copa clara como un… y un brillo de rubíes hubo en la c…

Los cuervos negros sufren hambre d… En engañosa luna mi escultura refl… Ellos rompen sus picos, martilland… Y al alejarme irónica, intocada y… Los cuervos negros vuelan hartos d…

Si os asomárais a mi alma como a u… la intrincada galería de los Desco… pasaron por mi lado sin mirarme, y…

En mis sueños de amor, ¡yo soy ser… gliso y ondulo como una corriente; dos píldoras de insomnio y de hipn… son mis ojos; la punta del encanto es mi lengua... ¡y atraigo con mi…

Tu amor, esclavo, es como un sol m… jardinero de oro de la vida, jardinero de fuego de la muerte, en el carmen fecundo de mi vida. Pico de cuervo con olor de rosas,

—Eros: ¿acaso no sentiste nunca piedad de las estatuas? Se dirían crisálidas de piedra de yo no sé qué formidable raza en una eterna espera inenarrable.

Porque haces tu can de la leona Más fuerte de la Vida, y la apris… La cadena de rosas de tu brazo. Porque tu cuerpo es la raíz, el la… Esencial de los troncos discordant…

A ti vengo en mis horas de sed com… límpida, fresca, mansa, colosal... y las punzantes sierpes de fuego m… en la corriente blanda y poderosa. Vengo a ti en mi cansancio, como a…

Hace tiempo, algún alma ya borrada… Se nutrió de mi sombra... Siempre… el abanico de oro de su risa se ab… o su llanto sangraba una corriente… alma que yo ondulaba, tal una cabe…

Yo tenía... ¡dos alas!... Dos alas, Que del Azur vivían como dos side… ¡Raíces!...