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Las flores del mal

A Eréndira , del día de acostarnos a reír en el pasto, de paseo secreto nocturno en la escuela y de retornos a casa en soledad.
Inspirado en uno de sus libros favoritos, un poemario que me regaló de Charles Baudelaire.

En un mural de seda
Donde tejidos los sueños
Existe una utopía de burbuja
Donde nada hace daño
Donde no se sangra
Lo que puedes ver no existe
Todo es fantástico
Habitan gigantes con corazones más grandes qué sus ideas
Y vuelan hombres con alas por los cielos
Con los ojos conocí de un mundo onírico
Mañanas brillantes
Pastos que besan la piel
Aire que revuelca cabellos y acaricia mejillas
Oleajes espumosos en las entrepiernas
Día a día
Toque con mis manos
Cada costura y comisura de seda
A veces a lágrimas
A veces sola y abandonada
A veces en el pecho la curiosidad como respiración
Observo con el mural en las pupilas
La mirada en casa de la mente y los recuerdos
Te escucho sollozar
Miró, tengo el pavimento de frente al parpadear.
Mojadas y pesadas
Brotan de tus ojos y saltan
No paran de salir hasta que lo descubres,
Las intentas hacer detenerse
Y en la necesidad de la presciencia descubro,
Todas las palabras que tengo para decir
se quedaron atrapadas en el muro de seda.
Te escucho llorar
Pienso en llevarte conmigo
Ofrecerte del mundo que vi
Qué nadie se aclame sobre ti
Qué existas a salvo
Que rías conmigo y sin mi
Te miro observar a la nada
Observó tus ojos
Trago la cordura rasposa por la garganta
Entiendo que no puedo llevarte
A un lugar que no existe
A ningún mundo perfecto
Que los hombres qué hay aquí no vuelan
Y se sangra más de lo qué se espera
Te giras a verme con ojos de pregunta
Tomo tu mano
Te ofrezco una parte de ese mundo que conocí
Si eso te puede poner a salvo por un rato
Te cuento la historia más onírica
Me sorprendo de haber sido fluida
Me preguntas si atraemos lo que somos
Te respondo por qué estoy cansada
Que vibramos en frecuencias que se parecen a la nuestra
Entiendo tarde por que preguntas
Corrijo que es como las flores
Por qué te ríes cuando explico con metáforas
Te cuento que habrá veces que recibas flores en tus manos o en forma de jardín, en un té, en tu cabello.
A veces podemos salir de casa y perdernos en jardines que son personas
Nos siembran en las tierras de nuestra piel flores del mal que besan nuestro respirar
Para empinarnos y hacernos sangrar
Vámonos, bajo el baño ahógalas
Téjete una corona de seda
Busca gigantes que regalen la ternura de mi mano
Conviértete en uno
Si alguien quiere aplastarte,
defiéndete
sin ideas
con impulsos
Con la furia de tu sensibilidad.

Piaciuto o affrontato da...
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