Oh, mi dulce mariposa, ¿sabes una cosa? La vista es tan hermosa que no puedo llorar. Y no trato de atraparte,
Dormir sobre el petate, con el olor a raidolito; los grillos danzando en el zacate, en un sublime concierto gratuito. Y al oír el motor de un abanico
Azulado como el cielo hoy. A su lado, donde no estoy. A su lado es un mal lugar, y azulado es un triste color, pero es mi favorito.
La busqué por toda la casa y la pluma estaba en mi oreja. Supongo que a veces la gente fraca… para entender un cuadro si no se a…
Te robaste mi alma como un delincu… Te vi hacerlo pero no quise detene… Estaba tan cansada de ser ignorada que te vi como un héroe de cuento… y la segunda vez que volviste enco…
Encendí una antorcha, disque para no ir a tientas. Me puse al cuello un hacha apostando novecientas noches sin poder dormir
Y aún me carcome la inquietud: ¿Cómo sobrevives algo de esta magn… sin ni una quemadura? Vaya, ¡qué poco te dura el amor eterno!
Mis piernas perderán su fuerza y tu piel se llenará de arrugas, pero aún si el tiempo se esfuerza en alejarnos, nunca podrá. Bailaremos las mismas canciones.
No tienes que alcanzar las estrell… y sólo los tontos persiguen arcoír… Tírate en el pasto y disfruta aque… pequeñas, grandes, invaluables cos… que te da la vida.
Las tardes violetas se ambientan con risas violentas, y al verte contenta, una batalla sangrienta se desata en mi interior.
Sabes que soy exigente, pero solo… y ponle mi nombre a la avenida que lleva a tu hogar.
Las noches se achican, pero eso no perjudica mis horas de sueño. Y si mis ojeras implican que hay un pequeño
Yo anhelaba tu corazón; tú me diste una rosa. Y aunque fue sin intensión, la regué con mis lágrimas sosas. Quizá demasiado.
Ya le diste dos vueltas al mar, y yo aún trato de llegar a la orilla. Es injusto que te fuiste de la vil… pero aún no pierdes la silla.
Dice que su color favorito es el d… pero no puede quitar los suyos de… Y odia que se ensucie su traje, pe… que pinto sobre él en color carmes… No le gusta bailar, así que me mir…