Observo la depresión de la gente en su día
esperando el sabor amargo de una cerveza con su palabrería alrededor;
la euforia de un tequila mezclado con la nostalgia de alguien que ya no está
o de alguien que está perdido en sí mismo
con el absurdo matoneo mental de un pasado.
Y aquí estoy en medio de los días y las noches,
de los susurros y críticas,
viendo como el mundo al revés se llena de sangre de inocentes,
satisfacemos nuestros cuerpos y cobramos venganzas
negociando con la soledad siendo una marioneta más.
Viendo y viviendo en un mundo de mentes llenas de basura y porquerías.
Mientras las masas de libertad son opacas por gente cursi con deseos de ser refinados.