#EscritoresCubanos #EscritoresMatanceros #ParaNiños
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
¡Del monte cubano vengo, del monte cubano soy! Pinipiní Guásima baría, júcaro amarillo,
Sobre el mar hay una barca, sobre la barca un barquero, sobre el barquero
En la casa que recuerdo, en la casa, entre el naranjal y el cielo: plátano indio, plátano congo,
En Playa Larga, el uvero, como homenaje al valor de los niños artilleros, ya no florece en febrero: en abril abre la flor.
En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
Juana tejedora, téjeme un pañuelo para ir a la boda de don Pirulero. Dame, jardinero,
Abril es un niño rubio que junta flores y pájaros; tiene los ojos azules y va vestido de blanco. Mayo es un niño aguador
Siete relojes, siete semillas, siete pelotas y una sombrilla. Siete burbujas,
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
El oro de la tarde tiñe la copa de una vieja yagruma quieta y sedosa. Duerme cansado el viento
EL día, una rosa blanca. La noche, un caballo negro. (La tarde, una mariposa que ha detenido su vuelo.)