Yo tengo un sombrero alón
donde cabe un aguacero,
y botas que reconocen
los caminos del vaquero.
¡Qué bien te sabré domar,
hermoso potro carrero,
con el fuego de mi espuela
y el ala de mi sombrero!
Corre, pronto, corre, corre...
¡Ya el potrero te dirá
que son cuatro alas del viento
las patas de este alazán!