NOCHE ETERNA
Debes aprender en la noche eterna,
a recordar las palabras del amor
que dijiste que me tenías.
No dejes que la oscuridad
te lleve y sea tu dueña,
grita en el silencio;
aunque parezca que no te oiga,
aunque no veas nada,
aulla como el lobo para salvarte.
Abre los ojos de esa oscuridad
que te envuelve como un sudario,
deja que los recuerdos fluyan
como el agua por el río,
llenando tu mente dormida.
Siente mi mano agarrándote
nota como mi corazón
late junto al tuyo, no te vayas
no te alejes por ese camino de piedras
lleno de soledades rotas.
No dejes que mis palabras pasen
por una calle sin salida.
Desgarro mi alma para entrar en la tuya,
solo paredes desconchadas me esperan,
buceo en ti y no veo nada.
Lágrimas de sangre te recorren
abrazos en brazos muertos,
besos en tu boca inerte,
sábanas blancas cubren
tu desnudez blanquecina.
¡Grita! ¡Sal de ahí!
Oye como la desesperación
se viste con mi corazón,
escucha el temblor de mi miedo,
tengo la esperanza rota,
deja que la pegue con pegamento
sacado de la misma muerte.
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