EXTRAÑO EL TIEMPO...
Extraño el tiempo de las dulces mentiras,
aquellos días donde en Granada
florecían flores de azahar,
el aroma a naranja inundaba,
la Plaza de los Campos.
Besos a la sombra
bajo un calor de mil demonios
tus labios no se separaban de los míos.
Extraño el tiempo en que
tus ojos saltaban con chispas
de verdades y engaños
que ciega perdía no veía.
Una sinfonía agridulce
de pensamientos bipolares
en mi cabeza se revuelven
como ríos embravecidos.
¿Por qué extraño aquellos tiempos?
Días de amapolas rojas como la
sangre que corre por mi corazón
desbocado.
Días de saber que no era realidad,
lo que estaba viviendo;
y sin embargo, extraño tanto,
tanto... Aquellos tiempos
de las dulces mentiras.
Aquellos en las que
bajo la Alhambra con un vestido rojo
tú bailabas alrededor mío
cantabas una canción de Camarón.
Pero todo quedó
como encaje desgarrado
aquella noche de ventanas abiertas,
calor ardiente y yo muerta de frío.
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