POESÍA JAPONESA
No toques mi corazón, porque yo no quiero, aléjate como las olas se alejan de la arena. Manos de terciopelo,
Quiero hacer versos poemas en tu cuerpo lira tu boca poesía en la piel sedosa de tus muslos.
Que me gusta tener un sueño pero de hadas de tierra y agua ay, a esa ave saco la lengua cansado me poso en un leño Aquel gnomo me tiene en ascua,
¡Cómo deseo prendida de tus ojos a ti enredada, liar tu cuerpo a mi piel sentir como te viertes!
Trenzas sedosas, acarician tu tez, de nácar puro. Tus ojos dos luceros, que alumbran noches,
Recuerdos del desierto Pienso en nosotros dejo caer la arena lame mi cuerpo nuestro amor es salvaje
En la consentidora noche habanera maracas y trompetas ardiendo una muchacha me da una invitación a pecar bailando Ch… La alegría recorre la sala
Daría todo, sí daría todo lo que t… mis vestidos, mi casa, daría media… dormiría desnuda en un banco por una simple respiración, el dolor me está comiendo
Me siento expulsada del paraíso tirada en un enorme desierto donde no hay oasis odiando tus entrañas camino dejando mis huellas muertas…
Luna de otoño el mar sin oleaje dorada noche Sombras felices los dos enamorados
Triste está el árbol luna redonda, mira solo en el campo
Me senté en su regazo la muerte, me abrazo fuerte me recosté en ella me hizo mirarla y me besó devoró mis labios
Hay un chico que pone música, a mí me hace soñar, en un lugar donde puedo mirar sus ojos
Otea el lobo 1º la nevada del bosque que bella estampa del cielo añil nuboso día de frío y hambre
No me quise rendir calles de noche en Granada viento mortal que azota mi cara; pero seguí andando por ti, no, no, me quise rendir,