Loading...

LOS MONSTRUOS Y LA BRUJA

Los monstruos habrían la boca con ira, con una rabia que les consumía.
Miraron a la persona que tenían frente a ellos, un hombre con barba, alto, tendría unos cincuenta y tantos años, sus ojos escondidos detrás de unas gafas mostraban preocupación, aún así hablaba con la calma que siempre le había caracterizado, demasiada calma para todo, demasiado pensar las cosas, demasiados errores.
La corrupción había hecho mella en su partido, ahora le querían comer, era la ley, pero esa ley tenía que venir precedida por la bruja, no, por ellos.
Una mujer de pelo negro, echado hacia atrás, dejando despejadas sus facciones, su piel delicada y como de porcelana parecía arrugarse a cada grito, a cada insulto, sus ojos miraban con terror a aquellos que sin ser elegidos por la bruja querían ocupar un puesto que no les correspondía, el daño sería muy grande para el poblado.
Todos hablaban como si jamás hubiesen cometido un error, cómo si fuesen santos con la aureola, pero no era así, eran verdaderos traidores, vendidos, el poblado estaba siendo despedazado y vendiéndose al mejor postor, nadie trabajaba por el bien de aquel poblado, la gente estaba en manos de seres que renegaba de la riqueza, pero ellos sí que vivían en grandes chozas, con personas que les servían, monstruos que hablaban de igualdad, pero que realmente querían decir: el poder me hará libre de hacer lo que yo deseo realmente.
La gente tenía miedo, ellos no tenían voto, no querían que hablara el pueblo, si la bruja no volvía  pronto ¿qué harían?
No dio tiempo a pensar en nada un golpe en el suelo sacudió el pueblo entero, el báculo de la bruja había golpeado con fuerza al ver lo que estaba ocurriendo.
Todos corrieron hacía ella, la mujer chamán, con voz dulce tranquilizaba a aquel pueblo lleno de angustia, aún no se ha consumado la votación, no podrán ser los jefes, se cumplirá la ley.
Se oyó la voz de un hombre, miraron y vieron a aquel ser alto, delgado, tenía los dientes salidos y el pelo en una coleta, -¡Se podrá hacer! ¡Somos el pueblo!
La mujer chamán se acercó y susurró: tú nunca has sido pueblo, tú perteneces a la casta de los que se han ido, de los que tienen las manos manos manchadas de sangre, también tú te iras.
Se dirigió al edificio donde estaban reunidos y los miró uno a uno, sois traidores, no queréis la bondad para el pueblo, queréis solo el poder para vosotros, tendréis el peor castigo que se pueda tener a la traición, seréis seres sin alma.
Vagaréis eternamente sin sitio donde estar, sin lugar que os acoja, seréis seres errantes toda la eternidad.
La miraron horrorizados, se echaron a sus pies pidiendo un perdón no merecido, la bruja se dio media vuelta, una puerta se abrió hacía el mundo cruel que les esperaba. Hacía muchos siglos que la ambición, el odio había destruido al hombre.
Nadie ayudó, nadie reaccionó a favor de otro, todos intentaron salvarse ellos mismos, no cometerían el mismo error, ellos seguirían unidos quitando las malas hierbas que de cuánto en cuánto surgían. Recordó una frase de hacía muchos siglos: “el pueblo unido jamás será vencido”.
Sonrió a las personas reunidas y dijo: volvamos a nuestras tareas, la vida sigue y con ella nosotros siempre juntos, los monstruos ya se han ido.

Liked or faved by...
Other works by Dori Gômez...



Top